La desvinculación laboral impacta tanto en la vida del trabajador como en la empresa. Se trata de un momento delicado que requiere la misma consideración que se suele tener al momento de la incorporación.
Los procesos de onboarding de un colaborador suelen producirse luego de varias semanas de entrevistas y pruebas psicotécnicas, lo que conlleva un esfuerzo considerable en ambas partes relacionadas.
Muchas organizaciones optan por brindar un recibimiento con kits de bienvenida, reuniones con sus nuevos compañeros de trabajo y se vive un clima festivo por la llegada de un nuevo integrante al equipo. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se produce la desvinculación?
Por lo general, el offboarding es vivido como un proceso más breve, y dependiendo de su naturaleza, puede resultar más o menos traumático en la vida del trabajador.
Si el proceso no es cuidado al igual que en el ingreso, existe el riesgo de crearse una sensación de desamparo, frustración y extrema incertidumbre en la psiquis del colaborador; lo que también puede impactar negativamente en la reputación de marca de la empresa y en el equipo que queda.
Off boarding: ¿Cómo se siente el colaborador en esta etapa?
El proceso de offboarding ocurre al momento de la salida del colaborador de la empresa.
Es una de las dos caras de la desvinculación laboral, quizás la menos feliz en la que, dependiendo de los factores de su salida (si es por reducción de personal en la nómina, recortes, renovación del personal o cambio de firma) el colaborador puede sentirse devastado ante una situación que no puede controlar o no se esperaba.
Fases en el proceso de salida para un colaborador
Pérdida de autoestima
Esto implica la falta de confianza, inseguridad en sus aptitudes y capacidades para insertarse en el mercado laboral nuevamente
Preocupaciones económicas
Preocupaciones lógicas ante un panorama incierto.
Ansiedad y estrés
Exceso de pensamientos sobre el futuro y lo que ocurrirá en su vida laboral y personal de aquí en más
¿Por qué es importante que las organizaciones adopten una estrategia de outplacement?
El proceso de outplacement, que significa “recolocación laboral”, es la estrategia de acompañamiento del colaborador que se va y cumple un rol beneficioso en la vida del trabajador y de la organización.
El outplacement se puede ofrecer como servicio en casos de rangos medios y jerárquicos al momento del offboarding, una de las dos caras de la desvinculación laboral.
Uno de los mayores beneficios que trae la aplicación del outplacement, considerando el pasado webinar sobre el tema brindado por las licenciadas Rita Brian y Judith Banegas, es que “transforma el proceso de salida de la empresa en un acto profesional”, en donde el colaborador se siente escuchado, con herramientas para enfrentar su próxima búsqueda laboral con mayor seguridad y con conocimiento de sus aptitudes.
A su vez, se convierte en un promotor de la firma que deja, enfatizando así sus aspectos positivos y su profesionalismo durante sus años en ella y al momento de su salida.
Beneficios para el colaborador y para la organización
Colaboradores que quedan
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Organización
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- Se sienten contenidos y acompañados
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- Incremento del orgullo y satisfacción
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- Se fortalecen los lazos de sentimiento de pertenencia
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- Se eleva la retención del talento y disminuye la tasa de rotación
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- Se incrementa la motivación y emociones positivas para trabajar mejor
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- Mejora positivamente su percepción de la empresa empleadora
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- Mejora reputación de la marca empleadora
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El cuadro más arriba es sólo un resumen de cómo afecta positivamente el outplacement tanto en la organización como en los colaboradores que quedan.
Tal como se desarrolló previamente en nuestra nota sobre Outplacement, desde la óptica del colaborador que se queda se viven procesos de mejora del clima de trabajo en el equipo, ya que se fortalecen las emociones positivas por su lugar de trabajo y se genera mayor motivación para trabajar mejor.
Desde el lado de la organización se incrementa la sensación de orgullo por los valores de la compañía , lo que contribuye a mayor retención del talento y se refuerza la imagen positiva de la marca.
Sumado a esto, se logra un incremento de la productividad y se fortalece el lazo con los valores de la compañía. Todo este beneficio para la organización también contribuye al fortalecimiento de la cultura resiliente en la empresa, ya que se refuerzan los equipos de trabajo frente a posibles eventualidades o momentos de crisis.
Invertir en procesos de Outplacement no sólo mejora la vida del colaborador que se va, sino que beneficia ampliamente a la organización y al equipo que queda.
De esta forma, se incrementa la satisfacción por formar parte de una empresa con valores, que sostiene la empatía por sus colaboradores hasta en el momento de su salida de la empresa.
Asimismo, se fortalece la imagen y reputación de marca, convirtiendo así al colaborador saliente en agente promotor de la organización, al comunicar sobre su proceso de outplacement y el acompañamiento que mantuvo con él la firma, aún en un momento tan complejo como la desvinculación.
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