El espacio y el teletrabajo
Si el lugar elegido no tiene las mínimas comodidades para trabajar, puede crearse un ambiente de agobio e influir en el rendimiento personal. El primer paso es disponer de un espacio con buena iluminación para trabajar. En lo posible, un escritorio amplio, cómodo, con cajones o un sector con estantes para ordenar los elementos de trabajo. Esto no quita que puedas sentirte muy confortable en la mesa de la sala. Si es factible, elegir una silla ergonómica para cuidar la postura, dado que el teletrabajo, en su mayoría, se lleva a cabo frente a una computadora, sentado durante varias horas del día.
La disposición de un home office adecuado deriva en una de las grandes ventajas del trabajo remoto: el equilibrio entre la vida familiar y laboral es uno de los beneficios para los trabajadores remotos. Sin embargo, esta estructura de oficina en casa no puede ser muy estricta. De ahí que debamos prestar atención a que la vida familiar interrumpa lo menos posible la actividad laboral.
Como si fueras a la oficina
Aunque para algunas personas sea muy tentador quedarse en pijamas, lo mejor es prepararse como si tuviéramos que ir a la oficina. Las rutinas asociadas a trasladarse al trabajo, como levantarse con despertador, desayunar y vestirse, ayudan a preparar la mente para la jornada.
Es sabido que la ropa que vestimos nos proyecta ante otros y ante nosotros mismos. En el caso del trabajo remoto, vestirnos adecuadamente nos predispone a trabajar mejor, a comenzar el día con un ánimo proactivo. Siempre de acuerdo con tu personalidad, la vestimenta es una pauta de conducta esencial para el teletrabajo. Incluso, si tus tareas requieren de algunas videollamadas, quizá sea apropiado un vestuario más formal.
Cuando termina tu jornada de trabajo remoto, cambiarte de ropa ayuda a comprender que el descanso y el tiempo personal han llegado y puedes desconectar por lo que queda del día.
Horario de teletrabajo
Aunque no se trate de un trabajo con horarios fijos de oficina, el teletrabajo requiere que sigamos un horario similar. Lo primero del día será planificar las tareas e identificar los temas más urgentes. La mañana suele ser el momento de la jornada en que nos encontramos más descansados, por tanto es recomendable comenzar por las tareas que llevarán más esfuerzo y concentración.
La agenda diaria debe contemplar espacios para resolver imprevistos. Por ejemplo, una idea práctica es destinar una hora del día para atender esos asuntos si surgieran. Si no aparecen, podemos usar ese tiempo para ponernos al día con los mensajes y los correos y revisar las prioridades.
La tarde puede presentarse como un momento más relajado, por lo que podemos dedicarnos a temas que no requieran de tanto afán y empeño. Algunos colaboradores con métodos más personales procuran terminar la tarea comenzada a la mañana a modo de estímulo, cuya experiencia es beneficiosa para los resultados del teletrabajo.
El descanso
Los descansos breves durante la jornada son recomendados por los especialistas de recursos humanos, más aún cuando se trata de un trabajo remoto sedentario. La hora de almuerzo puede incluir un paseo por el jardín o el patio, incluso salir a hacer alguna compra cerca de casa, despejarse 10 minutos, luego almorzar un menú liviano, descansar otros 10 minutos, y volver a tomar las riendas del escritorio.
Al final de la jornada laboral, la capacidad de concentración en el trabajo estará bastante extenuada. Después de revisar los últimos correos y feedbacks es recomendable apagar la computadora, ordenar el escritorio y retomar la vida familiar. Para quienes comienzan un trabajo desde casa, el primer asunto que se les presenta complejo es poder separar las horas de trabajo y el descanso. Luego, con la práctica se aprende que los resultados se ven potenciados cuando optimizamos la gestión de los tiempos en el teletrabajo.
La conexión social
La interacción común que puede darse en el ámbito de trabajo con compañeros y colegas es un elemento que falta en el trabajo remoto. Dependiendo de los caracteres, para algunas personas puede no ser del todo beneficioso, más aún para aquellas que se inician en el teletrabajo.
Cuando pasan horas enteras de trabajo en solitario, una llamada a algún compañero del equipo, una devolución o actualización con el jefe de área o una videoconferencia programada son factores que promueven la comunicación y la interacción a distancia. Así no se pierde la conexión social y se fortalecen los vínculos laborales y la confianza en el equipo.
Esta interacción e integración alrededor del teletrabajo debe encontrar caminos que faciliten las comunicaciones y la organización de proyectos en equipo. Para ello hay varias herramientas de conferencia remota, canales de conversación, almacenamiento de archivos, gestión de proyectos, y muchas más soluciones de teletrabajo digitales.
Evitar las distracciones
El compromiso con el trabajo remoto tiene la particularidad de que debemos evitar de forma consciente las distracciones para que resulte productivo. Si nos comprometemos con cierta cantidad de tareas para el día, nos veremos obligados a cumplirlas. En este aspecto también debemos considerar cuáles son nuestros tiempos de mayor productividad. Como sucede también en un trabajo de oficina, la concentración en el trabajo desde casa varía con el paso de las horas. Podemos ser más productivos a la mañana y dedicar la tarde a tareas menos rigurosas.
En algunos casos, cierta presión para mantener la concentración en el trabajo es válida. Quienes tienen una agenda muy ocupada pueden ser más productivos, incluso atendiendo alguna obligación familiar al mismo tiempo.
Es recomendable eliminar todas las distracciones de la pantalla, como las redes sociales, los correos personales o las aplicaciones que no son inherentes al trabajo.
El teletrabajo junto con la selección de personal eventual son dinámicas que agilizan distintos sectores de la economía. Dado que muchas organizaciones apuestan por el trabajo remoto en Argentina, en Bayton te ayudamos a identificar todas las posibilidades de esta modalidad beneficiosa para empleados y empresas.