Varios factores recientes como las crisis sanitarias y geopolíticas han impactado profundamente en el funcionamiento de las relaciones sociales y laborales, provocando modificaciones sustanciales en la organización del mundo del trabajo y en la manera en que se desarrollan los negocios.
Esto ha contribuido a cultivar el reordenamiento, adaptabilidad y capacidad de resiliencia en las organizaciones. Sobre la cultura empresarial resiliente nos centraremos a continuación.
Qué es la resiliencia organizacional
El concepto de resiliencia según la RAE significa la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.” Sin embargo, las organizaciones también son capaces de la misma adaptación frente a adversidades o situaciones repentinas que modifican las reglas del juego.
Si los seres humanos podemos desarrollar resiliencia para atravesar panoramas complejos y transformarnos gracias a esa experiencia, en las organizaciones ocurre algo muy similar.
La resiliencia organizacional contempla la flexibilidad y agilidad que una empresa necesita para poder transformarse ante imprevistos como mercados inestables, políticas económicas extremas, pandemias o cuestiones ligadas a la irrupción de la tecnología.
Cómo construir una cultura empresarial resiliente
A la cultura empresarial resiliente la alimentan, sostienen y empoderan las mismas personas que forman parte de la empresa. Es decir, se debe partir de que un equipo sólido de colaboradores capaces de avanzar y desarrollarse son quienes dan vida a la capacidad de transformación en una organización.
¿Cuáles son los pasos de una cultura empresarial resiliente?
1. Liderazgo eficiente
Ninguna organización puede crear una cultura empresarial resiliente sin la existencia de líderes visionarios abiertos a los desafíos que se avecinan.
Ellos son quienes dirigen la proa y quienes llevan el timón frente a la tormenta. De su propio ejemplo en innovación e inteligencia emocional es que surgen las mayores fortalezas resistentes a todo lo que ocurra afuera.
Su rol es fundamental, ya que sienta las bases para un equipo profesional sólido en el espacio laboral.
2. Comunicación y transparencia
La gestión de una comunicación eficaz contribuye al buen entendimiento del equipo. Conocer las pautas de comunicación interna entre los integrantes de una organización, alimentar un circuito de transparencia y poder transmitir los valores y visión de la empresa al equipo contribuye a la fortaleza de una cultura empresarial resiliente.
Sabemos bien que sin comunicación y sin transparencia es muy dificultoso lograr que un equipo obtenga claridad en sus objetivos cuando la situación se vuelva difícil. Este punto es muy importante para cultivar la resiliencia en la organización.
3. Diversidad e inclusión en los equipos
Los equipos de trabajo se fortalecen y mejoran su rendimiento cuando saben que sus integrantes sin importar su origen, religión o género tienen las mismas posibilidades de desarrollo de carrera y crecimiento profesional.
Empoderar a las personas, motivarlas para desarrollar sus potenciales a través de políticas de capacitación y desarrollo acrecienta su compromiso y su sentido de identidad con la organización.
Se trata nada menos que de individuos que valorados contribuyen a lograr grandes desafíos laborales y cumplir con los objetivos pese a cualquier factor externo adverso.
4. Innovación en la gestión del conocimiento
Hoy en día toman la delantera las empresas que han innovado y continúan invirtiendo en innovación. Sin la asimilación de dicho desafío se corre el riesgo de quedar atrás en un mercado sumamente competitivo.
El conocimiento es un elemento clave para mantener un nivel eficaz de innovación en el personal de la organización. Tanto la tecnología como la correcta gestión del conocimiento abren atractivas posibilidades para los equipos y sus funciones.
Es imprescindible hacer accesible y democrático el uso de herramientas de conocimiento entre los sectores, potenciando así sus actividades.
La aplicación de tecnología de avanzada y el auge de la IA agiliza los procesos de creación de una cultura empresarial resiliente.
5. Establecer metas realistas y flexibles
Cuando se avecinan momentos de incertidumbre, generar metas reales para cumplir a corto/medio plazo puede resultar beneficioso.
Ante dificultades en tareas como gestión de rrhh o tecnología, la empresa resiliente conoce sus fortalezas y debilidades y entiende que puede adquirir herramientas útiles o servicios que ofrezcan soluciones inmediatas.
Cada organización lleva un camino trazado, un plan de acción que hasta cierto punto puede concretarse en su totalidad. Planificar metas adaptables a los imprevistos que puedan surgir evita frustraciones y parte de la mirada inteligente de un equipo con cultura empresarial resiliente.
Construir una cultura empresarial resiliente es un proceso que demanda tiempo, planificación y excelente comunicación interna entre líderes y miembros de los equipos de trabajo.
El compromiso y sentido de pertenencia del personal genera un clima de trabajo en el que personas motivadas con metas claras construyen una cultura empresarial resiliente capaz de convertirse en una barrera ante cualquier amenaza o eventualidad.
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