Aún no hay demasiada certeza y las definiciones dependen mucho del contexto de cada sector, teniendo en cuenta la incertidumbre en general y los efectos económicos luego de un año más complicado de lo esperado, posiblemente en muchos sectores el ajuste no llegue a superar el nivel de inflación interanual, una tendencia que en los últimos años se ha ido repitiendo.
En general se está hablando de una proyección de entre 37% y 40% de incremento como base para reajustar el presupuesto salarial. Habrá que ver como se van dando las negociaciones de los sectores bajo convenio colectivo que abarcan gran cantidad de asalariados y suelen marcar la agenda del resto de las conversaciones. Probablemente se vaya escalonando en etapas, para facilitar el orden financiero y económico de las organizaciones, como viene aconteciendo año a año puede que se repartan en 2 o más tramos de acuerdo a las paritarias que vayan cerrando cada sector, el escenario de pandemia continúa presente y es un factor fundamental de influencia en la salud de las organizaciones y sus trabajadores.
Sin duda se llevan la peor parte aquellos que han transitado prácticamente toda la pandemia sin actividad o reduciendo fuertemente su caudal de trabajo, aunque son muchos los sectores afectados, tales como el rubro gastronómico y hotelero, servicios presenciales, comercios. Si bien algunos han encontrado formas de reacomodarse y algunos han comenzado a recuperarse lentamente, el efecto es claro y profundo en estas áreas. Aquellos sectores que pudieron continuar trabajando, e incluso aumentaron en gran medida su producción o actividad, aprovechando el envión de la transformación digital o invirtiendo en reconvertir su modelo de negocio para ser más competitivos en este contexto, fundamentalmente lo relacionado a tecnología, servicios y soluciones digitales, comercio electrónico y tiendas digitales, Ingenierías, desarrollo, programación, Logística, Minería.
Este año por las dificultados por el tema pandemia, la dinámica de negociación colectiva fue muy diferente para cada sector, se realizaron en tiempos diferentes a las proyecciones anuales habituales, a % iguales o en algunos casos menores que el año anterior, también adoptando herramientas como sumas no remunerativas y otro tipo de mecanismos con el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los asalariados y la salud financiera de las empresas.
